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11 abril 2015

Cinco cosas que NO se deben HACER a los bebés

Me siento super honrada de que una de las personas que más admiro en la investigación de la crianza respetuosa me haya hecho el honor de ofrecerme algunos de sus artículos traducidos para postearlos en mi blog. Mil Gracias A Darcía Narvaez por compartir esta valiosa información para ser conocida por las mamás hispanohablantes. ---Ana Charfén, IBCLC

Darcia Narvaez es Profesora de Psicolgía en la Universidad de Notre Dame. Su investigación explora cuestiones de cognición moral, desarrollo moral, y educación de carácter moral. Ha desarrollado varias teorías cognitivas: Conocimiento Adaptativo Ético, Educación ética integrativa, Educación integrativa ética, Teoría Triune de ética. Ha escrito docenas de artículos de investigación y capítulos. Tuvo una charla en la conferencia de la Casa Blanca acerca de Carácter y Comunidad. Es la autora o Editora de 4 libros ganadores de premios: Pensamiento Moral Postconvencional, Desarrollo Moral, El yo y la identidad, Manual de Educación Moral y del Carácter, Personalidad Identidad y el Yo. Es la editora del Journal of Moral Education. Su libro más reciente es Evolución, Experiencia temprana y desarrollo humano.

Cinco cosas que NO se deben HACER a los bebés
Post publicado por Darcia Narvaez Ph.D. el 27 Abril, 2014 en Moral Landscapes
Traducido por Psicóloga Alejandra Fernández (maferna5@uc.cl)

Tuve un perrito que odiaba tanto ser ignorado o dejado solo que comenzaba a mordisquear los muebles. Los bebés también detestan que los ignoren, pero a diferencia de los perritos, ellos no pueden dañar los muebles para hacernos saber su malestar. Con el tiempo, su desarrollo se ve afectado y tanto nosotros como el resto de la sociedad debemos enfrentar la ansiedad y la depresión como resultado.
¿Qué es lo que NO debemos hacer a los bebés?
1. Ignorarlos (no)
Bajo las condiciones naturales del nacimiento, los recién nacidos están listos para comunicarse con su madre, con su padre y otros. Colwyn Trevarthen tiene videos (link es externo), que muestran la comunicación de un recién nacido con sus padres. Por supuesto, ellos no pueden hablar. Pero sí pueden hacer sonidos y mover sus manos (la mano izquierda típicamente es auto referente y la derecha se centra en el otro). Algunas madres incluso se comunican con sus bebés desde el embarazo a través de canciones, cuentos o simplemente conversándoles. En algunas culturas indígenas, se dice que la madre conforma el espíritu de su hijo mediante este tipo de comunicaciones antes y luego del embarazo, por ejemplo, por medio de la creación de una canción única y original para su hijo (e.g., Turnbull, 1983).
El programa de investigación de Grazyna Kochanska (2002) muestra que una "orientación mutuamente responsiva" con el bebé conduce a excelentes resultados en el futuro en términos de conciencia, comportamiento social y habilidad para hacer amigos. Mutuamente responsivo significa que tanto el padre como el niño se influyen mutuamente, construyendo una relación cooperativa. Trevarthen (1979, 1999, 2001), sugiere que este tipo de relación basada en la interacción ofrece un entorno óptimo para el desarrollo emocional e intelectual. Los padres y el hijo desarrollan conjuntamente sus propias historias y sus propios juegos, que continuarán cambiando con el tiempo.
¿Por qué una interacción basada en la compañía y cercanía es particularmente importante para los bebés?
En los primeros tres años de vida existe una comprensión tácita o implícita (inconsciente) del mundo social, que se va desarrollando y que condicionará el funcionamiento cerebral. (Schore, 1994, 1996). Con un cuidado que responda adecuadamente a las necesidades del bebé, el sistema cerebral aprenderá a funcionar adecuadamente manteniendo a la persona sana y comprometida socialmente. Lo que es aprendido en épocas tempranas se replicará en el largo plazo en las relaciones interpersonales. En caso de que los cuidados no hayan sido adecuados, esta replicación podría evitarse por medio de una terapia o alguna otra experiencia significativa que produzca cambio cerebral.  
Los bebés que nacen antes de tiempo o que han experimentado vivencias donde no han sido calmados, necesitarán ser asistidos gentilmente por sus cuidadores en una relación mutuamente comunicativa. Esto significa que los cuidadores tienen que ser especialmente tranquilizadores y sensibles a las señales del bebé. El contacto piel con piel, el canto y el susurro de palabras agradables y cariñosas ayudarán al bebé a salir del aislamiento o abandono emocional en el que están.
2. Dejarlos llorar (no)
Imagina ser ignorado mientras sufres de dolor y pides ayuda. ¿Cómo te sentirías respecto a ti mismo y respecto a tu familia? En los bebés esto es incluso más grave ya que se encuentran en medio de un acelerado desarrollo del sistema cerebral, el cual está aprendiendo los patrones sociales y el propio funcionamiento psicológico (salud). Debemos recordar que una gran parte del desarrollo infantil ocurre poco después del nacimiento, cuando el 75% del cerebro se ha desarrollado. Durante los primeros años, los efectos epigenéticos tomarán lugar (funciones genéticas establecidas) basados en el tipo de cuidado recibido.
Para un bebé, que lo dejen llorar es vivido como una tortura. ¿Por qué pienso eso? Porque técnicamente, psicológicamente y en orden a la maduración, los bebés deberían seguir en el vientre hasta los 18 meses de edad. Por lo tanto, si los bebés están frecuentemente expuestos a situaciones de estrés, sus cuerpos se hacen propensos a ser ansiosos y desconfiados tanto de sí mismos como de los demás. Lo que más aprenden luego de las faltas de cuidado quedará como conocimiento implícito -que puede no ser notorio por un tiempo- hasta que luego aparecen signos de inflexibilidad, egocentrismo y predisposición al estrés. ¿Conocen a alguien así?
Cuando los bebés pequeños lloran o están teniendo pataletas no están siendo pequeños emperadores. Ellos tienen necesidades y las comunican de la única manera que pueden hacerlo.
Si esperas llegar el llanto para aliviar el malestar, estás esperando mas de la cuenta.
Desde el comienzo de la relación con el bebé, es importante aprender a no dejarlo llorar. Esto es parte de la sabiduría de la antigüedad. Para un bebé es muy difícil dejar de llorar por sí mismo, necesita ayudada para calmarse. Por lo tanto, no queremos dejar que comience. Se les podría incluso crear el hábito del llanto. El estrés prolongado podría llegar a destruir las células sinápticas (redes cerebrales programadas para desarrollarse en ese momento) las cuales están creciendo a una velocidad fenomenal durante los primeros años de vida.
 
Para evitar los llantos, los cuidadores deben poner especial atención a los signos o señales no verbales que entrega el bebé (inquietud, seño fruncido, muecas, agitación de brazos) para así cortar el malestar de raíz. Esto es lo que hacen aquellas abuelas sabias. Lo que los bebés experimentan durante los primeros meses y años de vida va creando senderos en el cerebro que luego serán usados una y otra vez. Por lo tanto, si se quiere un niño malhumorado, poco cooperativo, agresivo (y a su vez el adulto), déjelo llorar. De lo contario, tendrá un bebé feliz. Un bebé sometido a un permanente estado de angustia, tendrá como resultado un niño malhumorado que podría posteriormente afectar a su entorno.
Los bebés pequeños necesitan ser amamantados con frecuencia dado que la leche materna es liviana pero contiene las bases que un bebé necesita para un desarrollo óptimo. Los bebés también necesitan moverse mucho, ya que los ayuda a crecer. Por lo tanto, si se sabe que el bebé recién se ha alimentado bien, se mantendrá tranquilo y calmado mientras es mecido y acariciado. Ellos esperan que su cuidador esté disponible emocionalmente mediante el contacto piel con piel, el canto, el hablarle, o simplemente estar cerca de ellos.
Durante los primeros meses de vida, los bebés suelen ser más demandantes (lo que no significa que deban llorar). Este es también el período de tiempo en el que se establece el nivel de responsividad entre el bebé y el cuidador y que puede durar hasta cuatro años (de acuerdo a nuestra investigación junto a Ruth Fedman’s; Feldman, Greenbaum & Yirmiya, 1999). Los cuidadores deben estar especialmente atentos al momento en el que el bebé comienza a fastidiarse o incomodarse, quien lo manifestará a través de expresiones faciales y gestuales. Los padres ofrecerán el consuelo y alivio necesarios que los volverá a calmar. Prevenir el llanto desde un comienzo es la meta (y la sabiduría ancestral).
 
Una madre visitó mi clase con un bebé de unos pocos meses de edad. Pasamos al bebé alrededor del grupo hasta que comenzó a hacer muecas y señales de incomodidad. A continuación la madre lo tomó, se paró y lo acomodó en sus brazos con el estómago hacia abajo moviéndolo suavemente hacia adelante y hacia atrás. El bebé se vio muy contenido y tranquilo por el resto del tiempo.
Ahora, debo decir que si un cuidador en algún momento se está sintiendo tan frustrado que está listo para lanzar el bebé contra la pared, en ese caso es mejor que salga de la habitación y deje al bebé llorar. Vea Period of Purple Cry (link es exterior) para directrices y tenga en consideración las siguientes precauciones. Por supuesto es mejor no dejar que un patrón regular de llanto se establezca en los primeros días y semanas de vida.
3. Dejarlos solos (no)
El régimen de aislamiento es una de las peores cosas que se puede hacer a un ser humano y, eventualmente, puede conducir a la psicosis. Los bebés están hechos para estar físicamente conectados a sus cuidadores. No entienden el por qué están solos. Si esto se repite con frecuencia, los bebés internalizarán un sentido de error y de tristeza que marcará sus vidas. Imagina ser repentinamente dejado solo en una tierra extraña donde no te puedes mover ni cuidar de ti mismo. Sería terrible, incluso si entendieras lo que está pasando. ¿Por qué hacer esto a un niño?

Los niños son mamíferos que dependen de la compañía de adultos para la satisfacción de sus necesidades. Aunque la gente hable como si se pudiera forzar a los bebés a ser independientes, esto es un engaño y un resultado imaginario. Si se aísla al bebé, ocurrirá lo contrario -se volverán mañosos e inquietos, o tranquilos pero desgarrados por dentro-. En ambos casos, solo preocupados de sí mismos. Internalizarán el miedo y la inseguridad, y expresarán estos temores hacia sus cuidadores y hacia el mundo. Así es como se cría a un narcisista. ¿Qué otra cosa puede esperarse?

El aislamiento les enseña a los niños a pensar solo en si mismos. Uno de los distintivos de personas que no ayudan a otros en situación de necesidad, es el malestar personal (Batson, 2011). La angustia o el malestar personal hacen muy improbable que aparezcan actitudes como la empatía y la compasión. La existencia de bebés con estrés reactivo debido a faltas de cuidado, es una buena manera de construir un tipo de personalidad angustiada y crear una sociedad egocéntrica.

4. No tomarlos aun pudiendo hacerlo (por favor tomarlos)
 
Los bebés por naturaleza suponen ser sostenidos en brazos. Esto debe comenzar inmediatamente después del nacimiento. La primera impresión de usted y del mundo son fundamentales. ¿Pueden estar tranquilos en su existencia? El aprendizaje de una profunda calma y sensación de paz es lo que llevarán consigo el resto de su vida. Si no se tiene la experiencia de ser calmados y tranquilizados en brazos amorosos, ellos podrían no aprender a auto-calmarse y “dejar ir”. Este “dejar ir” es vital para la salud (Kabat- Zinn, 1991).
Cuando los bebes están físicamente lejos de sus cuidadores (no “en brazos”), se activan respuestas relacionadas con el dolor y la tristeza. Esto influencia la presencia de varias hormonas y neuropéptidos justo en el momento en que los sistemas están estableciendo (Ladd, Owens & Nemeroff, 1996; Panksepp, 2003; Sanchez et al., 2001).
La separación respecto de los cuidadores causa una desregulación en múltiples sistemas en el largo plazo. Por ejemplo, el eje hipotalámico-pituitario- adrenal (HPA), en parte responsable de la respuesta ante el estrés, se vuelve desregulado e hiperactivo (Caldji, Tannenbaum, Sharma, et al., 1998; Levine, 1994; Plotsky & Meaney, 1993). Incluso 3 horas diarias de separación (en ratones bebés- pero los bebés humanos son muchísimo mas necesitados y sociales) causan suficiente estrés inicial para inducir efectos epigenéticos que aumentan la reacción al estrés y causan déficit en funciones de la memoria durante la adultez (Murgatroyd & Spengler, 2009). Al mismo tiempo, el bajo nivel de contacto físico en la infancia temprana conduce al subdesarrollo de los receptores de la serotonina, opiodes endógenos y oxitocina- químicos relacionados con la felicidad (Kalin, 1993; Meinischmidt & Heim, 2007).
 
Entonces, no tomemos a la ligera a los bebés que no son tocados.

Los bebés deberían sentirse bienvenidos en los brazos de los adultos, aunque también habrá momentos en los que sentirán la necesidad de explorar (muchas veces un niño temeroso necesitara ser animado a salir a explorar). Cuando los bebés quieren explorar, se les debe permitir tanto como sea posible .

He aquí una anécdota interesante. Una estadounidense mientras visitaba una aldea africana, vio a un pequeño niño aproximándose al fuego y automáticamente corrió para apartar su mano. Un anciano la reprendió por hacerlo, diciendo: "Si lo haces, vas a tener que vigilarlo por el resto de su vida”. Es decir, los niños necesitan aprender acerca de su propio mundo sin ser sobreprotegidos o nunca aprenderán a comportarse de forma segura por sí mismos.

Los números 1-4 son castigos. En realidad, yo los llamaría tortura de bebés. Los bebés no están hechos para existir sin el cuidado permanente de un adulto (y sentir dolor) y no se desarrollan bien sin su cuidado. Pero hay una manera más específica sobre el castigo intencional de bebés.
 


5. Castigarlos (no)Algunos padres dan azotes o golpean a sus bebés. Casi un tercio de los niños de 12 meses en los EE.UU son azotados según una investigación reciente (enlace es externo). Esta es una muy mala noticia . El castigo corporal puede ser una liberación inmediata de frustración para el cuidador, pero, como la mayoría de los actos de agresión, tiene efectos negativos en el largo plazo.

Recuerde que los bebés están aprendiendo lo que es la vida a partir del modo en que son tratados. El castigo tiene varios efectos perjudiciales obvios :

( a) El bebé tendrá menos confianza en el amor y cuidado de su cuidador, ya que este último no es un ser seguro para poder sentir calma;

( b ) El bebé tendrá menos confianza en sí mismo - los cuidadores le han enseñado que sus impulsos no son importantes e incluso pareciera no ser bueno tenerlos --habla sobre cómo socavar el propio desarrollo!;

( c ) Si los cuidadores castigan a los bebés por que quieren explorar, ellos podrían afectar su motivación para el aprendizaje (que posteriormente influirá el rendimiento escolar);

( d ) El bebé aprenderá que es mejor suprimir su interés en el cuidador, afectando su comunicación con él;

( e) Un estudio reciente de grabaciones de audio de familias muestran no sólo que los padres son muy impacientes, sino que además la mala conducta aumenta después de los azotes (enlace es externo).

( f ) Fisiológicamente , el castigo activará una respuesta frente al estrés, lo que no es aconsejable en la vida temprana, cuando los límites y parámetros de funcionamiento están siendo establecidos. Ese estrés puede hiperactivar permanentemente sistemas relacionados con el estrés, lo que disminuye el bienestar y el crecimiento intelectual, haciendo las relaciones sociales más complicadas.
 
Si desea optimizar el cerebro, la salud y el bienestar del bebé en el largo plazo, no haga estas cinco cosas.
Una parentalidad cálida y sensible es uno de los mejores predictores de resultados positivos en un niño (por ejemplo, llevarse bien con los demás o tener buenos resultados en la escuela). Un cuidado responsivo significa atender a la individualidad del niño en su situación particular. Para esto, los cuidadores tienen que estar disponibles emocionalmente, no distraerse en exceso con sus propias preocupaciones, por ejemplo con sus celulares o trabajo.

 “Soy un padre cansado y frustrado”
Claramente los bebés necesitan muchísimo cuidado y tiempo para conseguir que tengan un buen comienzo. Es por eso que el adagio "se necesita una aldea para criar a un niño" se menciona a menudo. Sí, se necesita más de una persona. Usualmente para satisfacer las necesidades de un bebé estará presente la madre y el padre. Por lo tanto, si está frustrado o cansado, pida ayuda con el cuidado y la crianza. Aquí hay algunos ejemplos de la experiencia, pero los padres por favor, añadan sugerencias:

( a) Organice encuentros con otras familias, haga intercambios en el cuidado de los niños, comparta una comida y ordenen juntos.

( b ) Disminuya las expectativas para sus objetivos personales. Recuerdo haber oído a una madre decir que después de varios meses de conflicto aprendió a entregarse a las necesidades del bebé. Hacerse cargo de las necesidades del bebé es una inversión de la que no se arrepentirá.

( c ) Si es posible, que exista uno de los padres o miembro adulto de la familia que no trabaje fuera de la casa para que él o ella puede centrarse en el cuidado de niños (que debería disminuir el estrés).
Aparentemente, el numero de madres que se quedan en la casa ha ido aumentando (enlace es externo). Esto es bueno, siempre y cuando los padres no se aíslen de sus hijos.

( d ) Ser padres no está destinado a ser un asunto en solitario. Los padres deben estructurar sus vidas en torno a sistemas de apoyo. Y todo el mundo debería dar ayuda a los padres siempre que sea posible .

Los bebés siguen necesidades construidas (Vea Ten Things Everyone Should Know About Babies).




NUEVO LIBRO: Para leer más sobre la importancia de la experiencia temprana para un óptimo desarrollo , vea el libro de próxima aparición, , Neurobiology and the Development of Human Morality(link is external): Evolution, Culture and Wisdom.

 
Referencias
Batson, C.D. (2011). Altruism in humans. New York, NY: Oxford University Press.
Caldji, C., Tannenbaum, B. Sharma, S., Francis, D, Plotsky, P.M., & Meaney, M.J. (1998). Maternal care during infancy regulates the development of neural systems mediating the expression of fearfulness in the rat. Proceedings of the National Academy of Sciences USA, 95(9), 5335-5340.
Feldman, R., Greenbaum, C.W., & Yirmiya, N. (1999). Mother–infant affect synchrony as an antecedent of the emergence of self-control. Developmental Psychology, 35(1), 223-231.
Hrdy, S. (2009). Mothers and others: The evolutionary origins of mutual understanding. Cambridge, MA: Belknap Press.
Kabat-Zinn, J. (1991). Full catastrophe living: Using the wisdom of your body and mind to face stress, pain, and illness. New York: Delta.
Kalin, N. H. (1993). The neurobiology of fear. Scientific American, 268, 94–101.
Kochanska, G. (2002b). Mutually responsive orientation between mothers and their young children: A context for the early development of conscience. Current Directions in Psychological Science, 11(6), 191-195. doi:10.1111/1467-8721.00198
Ladd, C. O., Owens, M. J., & Nemeroff, C. B. (1996). Persistent changes in corticotropin-releasing factor neuronal systems induced by maternal deprivation. Endocrinology, 137, 1212–1218.
Levine, S. (1994). The ontogeny of the hypothalamic-pituitary-adrenal axis: The influence of  maternal factors. Annals of the New York Academy of Sciences, 746, 275-288.
Liedloff, J. (1986). The Continuum concept. Cambridge, MA: Perseus Books.
Meinlschmidt, G., & Heim, C. (2007). Sensitivity to intranasal oxytocin in adult men with early prenatal separations. Biological Psychiatry, 61(9), 1109-1111.
Murgatroyd, C., Spengler D (2011). Epigenetics of early child development. Frontiers in Psychiatry, 16 (2), 1-15.
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Plotsky, P. M., & Meaney, M. J. (1993). Early, postnatal experience alters hypothalamic corticotrophin-releasing factor (CRF) mRNA, median eminence CRF content and stress-induced release in adult rats. Molecular Brain Research, 18, 195–200.
Sanchez, M.M., Ladd, C.O., & Plotsky, P.M. (2001). Early adverse experience as a developmental risk factor for later psychopathology. Development and Psychopathology,13(3), 419-449.
Schore, A. N. (1994). Affect regulation and the origin of the self. Hillsdale, NJ: Erlbaum.
Schore, A.N. (1996). The experience-dependent maturation of a regulatory system in the orbital prefrontal cortex and the origin of developmental psychopathology. Developmental Psychopathology, 8, 59–87.
Trevarthen, C. (1979). Communication cooperation in early infancy: A description of primary intersubjectivity. In M. Bullowa (Ed.), Before speech: The beginning of human communication (pp. 321–347). London, UK: Cambridge University Press.
Trevarthen, C. (1999). Musicality and the intrinsic motive pulse: Evidence from human psychobiology and infant communication. Musicae Scientiae, Special Issue, 157–213.
Trevarthen, C. (2001). Intrinsic motives for companionship in understanding: Their origin, development and significance for infant mental health. Infant Mental Health Journal, 22(1–2), 95–131.
Turnbull, C.M. (1983). The human cycle. New York: Simon and Schuster.


 

1 comentario:

  1. Hola gracias a la Dra y a ti por compartir la informacion, de suma importancia para nuestra generacion actual de padres, quien escribe desde Venezuela, Alejandra, soy Madre y Doula.

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