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04 septiembre 2017

El círculo roto de la lactancia materna: Cómo ayudar a nuestras madres a sanar porque no nos amamantaron

El círculo roto de la lactancia materna: Cómo ayudar a nuestras madres a sanar porque no nos amamantaron.
por 
  Danielle Rigg, JD CLC

Traducido y adaptado por Ana Charfén, IBCLC.
Publicado el 01 de mayo 2011

Este Día de la Madre está dedicado a nuestras madres y abuelas y el mundo de mujeres que nos rodean, influyen, aman y guían, ya sea que nos hayan amamantado o no.

Nuestras madres son un recurso irremplazable donde podemos aterrizar en blandito, donde recuperamos nuestro equilibrio y aprendemos a ser madres nosotras mismas. Ellas son un vínculo vital. Sin embargo, la lactancia puede ser un tema delicado y un viaje cargado de recuerdos para las madres que no amamantaron.
Debemos comenzar un ciclo de sanación del círculo roto de apoyo a la lactancia materna entre las generaciones de mujeres.


A medida que nuestras madres reviven la maternidad a través de nosotros, van reconociendo el tema de la lactancia materna. A menudo, sentimientos profundamente arraigados - aunque hace mucho tiempo  estén enterrados - surgen, acerca de no habernos amamantado, de haber sido recomendadas de terminar con sus lactancias, de la oportunidad que se les robó a través de protocolos de rutina de los hospitales que les impidieron dar pecho.
Queremos que nuestras madres sepan que no las vamos a juzgar ni a culpar por sus decisiones, entendemos que como cualquier madre, hicieron lo que pensaron que era mejor basadas en la información con la que contaban y las influencias sobre ellas en el momento que les tocó.


Y al igual que sucede con los cinturones de seguridad, la protección solar, y los asientos del coche, simplemente queremos su ayuda en el discernimiento de la mejor información con la que contamos ahora, para avanzar juntas hacia una mayor prosperidad y salud para nosotras, nuestros hijos y sus nietos. Sabemos que para que eso suceda, primero debe existir un proceso de curación y un foro en el que reine la compasión y el honor, el ser escuchadas y aceptadas. Nos hemos tardado mucho, pero 
el 
tan necesario diálogo debe comenzar.

Mi propia madre no me amamanto ni a mí ni a mi hermana. En ese momento se le dijo que la fórmula era muy buena, y que le permitiría no estar atada a la casa (esos eran los días de la liberación femenina), y que ser una "vaca" no era agradable. Mi mamá era joven e impresionable. Ella no tenía ningún modelo a seguir. Sólo una amiga había amamantado y era una hippie. Yo, en cambio, no sé de dónde saqué la idea de que la lactancia materna era el camino a seguir, pero siempre supe que lo haría. Y afortunadamente, mi mamá nunca cuestionó mi decisión. De hecho, ella fue muy positiva al respecto. Entonces, mientras que su hija empezó a amamantar, la magia comenzó a suceder y mi mamá no pudo dejar de advertir las ventajas que la lactancia materna tenía en todos nosotros. Ella se refiere a mi relación con mis hijos como "exquisita", se maravilla de la disposición de mis hijos de permitir ser abrazados y cargados, y se dio cuenta de que "la lactancia materna significa abrazos" para la abuela. Habiendo sido testigo de todo esto, ella también comenzó a ver que había sido robada de una preciosa oportunidad para sí misma, y la crianza de sus propios hijos.

Ella no había ahondado más profundamente en sus propios sentimientos (o al menos no me los había dicho) hasta hace poco. Soy una sobreviviente de cáncer de mama muy joven (ambos pechos afectados, y amputados) y vencedora de una serie de condiciones crónicas de salud 
de toda la vida. En diciembre de 2010, escribí un post titulado Las grietas en los cimientos en la que discuto sinceramente cómo nuestros cuerpos tienen que soportar muchos tipos de estrés desde el nacimiento -  leche artificial para bebés, alimentos procesados ​​y artificiales, comida mezclada con pesticidas, hormonas y productos químicos, toxinas en nuestro aire, agua, productos de hogar, y en el medio ambiente - y cómo todo esto está causando niveles de epidemia de muchas enfermedades. Yo comparo todo esto contra las normas oficiales de salud acerca de la lactancia materna que se quedan en la práctica muy cortas y no se logran, y la necesidad de tener un medio ambiente más limpio. También expreso que no culpo a mis padres de sus decisiones de crianza y de que yo sabía que me amaban.

Entonces mi madre me escribió en privado una respuesta a ese artículo que escribí. Ella cree firmemente en que es necesario que más madres y sus hijas deben tener esta conversación, también. Las dos esperamos que esto abra la puerta a una nueva relación entre tu y tu madre, tu y tus familiares, tu y tus hermanas. A honrarse mutuamente. A apoyarse. A reconstruir el Círculo. 

Feliz Día de la Madre.
Hola, mi preciosa hija: Estoy escribiendo esto en un "jardín de la curación" en la planta de oncología en donde [mi primo] está hospitalizado. Él está afuera de la sala, en un procedimiento, y estoy frente a una computadora mientras espero y pude leer tu brillante y sincero post en algo más grande que mi Blackberry.
No es casualidad esto, estoy segura.


He leído cada palabra, dos veces, y estoy abrumada por la emoción. La gente que pasa por aquí, naturalmente, debe asumir que el estado de mi primo me ha afectado profundamente, y por supuesto que tienen razón. Sólo que no es por [mi primo] que lloro, pero me quedé pensando. La fusión de su cáncer, y su muy difícil vida, encaja bien en el tema de tu blog - Yo diría que su comienzo en la vida con una mamila en la boca, luego que tuvo que enfrentar adicciones, abandono y tantas heridas, fueron demasiado para su fragilidad. Sólo sé que tengo la oportunidad hoy para hacerte saber que celebro tu mente y alma que, en síntesis, y con Bettina, han creado una política de salud que incorpora el amor, el perdón, la compasión, la racionalidad, el optimismo, el cuidado y la bondad de
promover para todos, los beneficios de por vida de tiene la lactancia materna.


Personalmente, creo en cada una de esas emociones en el post que escribiste. He de añadir que me perdí la vinculación de piel con piel que el acto que la lactancia materna da de manera única. Sí experimenté la cercanía, los abrazos y el estar envueltas en una manta, pero no ese acto más íntimo del bebé tomando el pezón y la emoción de saber que he usado mi cuerpo para entregar el mejor alimento que existe. Tal vez mi amor por correr está ligado al éxito que sentí en el deporte, donde mi cuerpo funcionó a la perfección de manera natural y me permitió correr rápido, largo, y muchas veces ganar carreras. Nunca pensé que esta analogía fuera correcta para mi, pero lo es: el triunfo del atleta en el rendimiento físico es parecido a lo que siente una mujer en el parto natural y en una lactancia exitosa.
Sé que tu pudiste experimentar esta hazaña maravillosa y tu amor por correr puede convertirse en una nueva oferta de lo que terminó cuando [tu último hijo] maduró de pasar de tomar pecho a la comida sobre la mesa.
Mi sentimiento de cómo tu te expresas hacia los "padres que te criaron y amaron" no tiene límites. Tengo que digerirlo mejor, pensarlo y traértelo de vuelta, para brindarte más información acerca de lo que eso me ha removido, por que tus palabras son edificantes y me han liberado. He recibido el mejor regalo de todos a través de ti. 

Gracias y mi más profundo amor, mamá.



Best for Babes Co-Foundadora Danielle Rigg, Jill Berke (su mamá) y su hija, Hannah, de 22 meses. Esta foto fue tomada el mes que Hannah se destetó, y justo antes de que  Danielle fue diagnosticada con cáncer de seno bilateral.

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